Hace ya un par de años que no tengo bodas, pero en los últimos años me ha tocado acudir a unas cuantas, así como a bautizos y comuniones; ya sabes, las tres bes. Y creo que no ha habido ni uno sólo de esos eventos en los que no haya habido un Candy Bar que, por cierto, reconozco que a mí me encantan. Soy como una niña con zapatos nuevos cuando los veo. ¡Me parecen tan bonitos, que me entran ganas de comerlo todo!

¡Claro! Ese es, precisamente, el objetivo que tienen estos carritos de dulces, de los que hoy te vengo a hablar. Porque es muy probable que ahora o pronto tengas un evento en el que te encantaría poder lucir uno de estos carritos, pero quieres hacerlo por tu cuenta o, simplemente, quieres ahorrarte unas perrillas y prefieres hacerlo tú que encargarlo.

Así que hemos recopilado algunas ideas de Candy Bars que tú mismo vas a poder hacer de manera sencilla, para que la próxima fiesta o evento  que tengas, triunfes. Y, quién sabe, si se te da muy bien…¡puede convertirse en un sueldo extra! No serías ni la primera ni la última que comienza con la excusa de dar una sorpresa a alguien y termina convirtiéndose en parte de su modo de vida. ¡Comenzamos!

Historia del Candy Bar

A muchos puede parecerles algo moderno o relativamente nuevo esto del Candy Bar, porque es cierto que, al menos en España, no es algo que se haya visto desde siempre en bodas, bautizos, comuniones o fiestas temáticas, pero te diré que se trata de un concepto que nació en Estados Unidos en los años 50; ya sabes, los años de Betty Boop, de las mamás perfectas y abnegadas que preparaban dulces y comidas perfectas para su familia y que siempre estaban impecables o de las famosas Pin Up.

Modas que hoy en día vuelven, aunque transformadas. Pero, lo dicho, los Candy Bar nacieron en los años 50, concretamente en el estado de Pensilvania, con el objetivo de agasajar a los novios en el día de su boda, con dulces caseros elaborados por familiares y amigos, y así poder celebrar un día especial, con productos que también lo fueran.

Poco a poco, esta costumbre se fue extendiendo a otro tipo de fiestas muy típicas en este país, como los famosos Baby Shower (fiesta de bienvenida del bebé), han pasado fronteras (y océanos en este caso), además de irse profesionalizando de una manera que, hoy en día, hay algunos Candy Bar que son verdaderas obras de arte.

Pero nuestro objetivo hoy no es que hagas una obra maravillosa (aunque si lo deseas, será perfecto), sino que de algo sencillo consigas un gran resultado, que sea llamativo y guste mucho a la gente, especialmente a la persona o pareja agasajada para la ocasión.

Aspectos básicos de un Candy Bar

Enseguida te explico el paso a paso para hacer una mesa de chucherías, pero antes de nada, tienes que tener muy presente:

  • El número de invitados: porque en función de los mismos deberás comprar más o menos productos.
  • El presupuesto: ya sea el que estén dispuestos a pagarte o el que tú tengas para la ocasión. Es más, casi te diría que ésto es lo primero que tienes que tener en cuenta, porque en función del mismo podrás, no sólo comprar más o menos dulces, sino, también, disponer de más o menos atrezzo, que es donde, personalmente, te aconsejo que recortes presupuesto (hoy en día, se pueden encontrar cosas muy baratas para el montaje, sin necesidad de que tengan que ser de gran realidad; lo importante es que den el pego).
  • La temática de la fiesta: porque no es lo mismo una fiesta infantil centrada en un tipo de personajes que en otros; ni una boda que una comunión.
  • El tipo de personas que va a acudir: es decir, si la mayoría van a ser niños o todo lo contrario, si habrá un poco de todo, etc.
  • Los gustos de los protagonistas: así como de los principales invitados. Por ejemplo, si es para una boda y la pareja que se casa huye de productos industriales, tendrás que decantarte por chucherías o dulces artesanales elaborados con materias concretas, frutas, etc.

Cómo montar tu Candy Bar, paso a paso

Ahora que ya has tenido en cuenta aspectos básicos, pasamos a montar la mesa de chucherías:

  • Elige la mesa (o las que necesites): pero ten en cuenta que no sea muy grande. Es preferible que tengas que poner varias, a poner una muy grande y que la decoración se te desperdigue.
  • Elige una gama de colores: en función de la temática de la fiesta. No tienen por qué ser todos del mismo color, pero sí que casen los unos con los otros.
  • Prepara un boceto: antes de ponerte a montar nada, piensa en cómo vas a distribuir los dulces. Hazlo por alturas; al menos, dos de ellas. Bastará con que te hagas con un pequeño soporte para crear esa segunda altura. Abajo pon la paleta de colores más suave y arriba los más fuertes o combina ambos de la misma manera. Piensa si vas a ponerlos en línea o quieres hacer una pirámide, aunque creo que es mejor lo primero, porque lo segundo…se puede venir abajo en cualquier momento.
  • Elige los botes y cuencos que vas a utilizar: hoy en día puedes encontrar recipientes y tarros de cristal especialmente pensados para este tipo de mesas de chucherías y a muy buenos precios. En este caso, ten en cuenta que unos tendrán que ser más altos que otros. Ya sabes, como en las fotos: los más altos atrás, los bajitos adelante.
  • Hazte con una trasera decorativa: que vaya tanto con la temática, como con la gama de colores.
  • Otros elementos de decoración: luces (si es fiesta de noche), guirnaldas, banderines acordes a la temática y colores, flores, etc. En definitiva, algo que dé un poco de vida a la mesa, pero que quede en segundo plano; que no sea protagonista.

Ahora te toca a ti. Estoy convencida de que vas a preparar algo muy chulo y especial. Y, recuerda, no todo sale bien a la primera, pero lo que cuenta es la intención y las ganas que se le ponen a las cosas. ¡Disfruta!