¿Estás feliz, verdad? Por fin habéis decidido dar el paso y vas a casarte con esa persona de la que tan enamorada estás. Porque una boda no puede ser otra cosa, más que un sinónimo de felicidad. Y, claro, quieres que salga todo perfecto. Te diré una cosa: ese es el error más grave que puedes cometer cuando organizas tu boda.

«¿Cómo? ¿Querer que mi boda salga perfecta es malo?» es lo que muchas parejas me decís. Y la respuesta es que sí. ¿Por qué? Porque esa ansiedad por que todo salga perfecto puede hacer que pases los peores días de tu vida antes y durante la boda. Vamos a ver, ¡es tu boda! ¡Vuestro día! Os toca a vosotros disfrutar.

Puede parecer egoísta, pero si preguntaras a cada uno de los invitados que acudirán a tu boda, seguro que su máximo deseo es que vosotros disfrutéis de vuestro día. Así que dales ese capricho. Sólo el hecho de haber preparado todo con cariño, ya hace que una boda merezca la pena. Así que, recuerda, PRIMER ERROR: estar obsesinados con la perfección. Relájate: ata todo como sabéis hacerlo y el día de vuestra boda, todo irá bien. Todo no lo vas a poder controlar, así que, disfruta. ¡Será un día inolvidable!

4 errores más a evitar

Ya conoces el principal, pero seguro que te vendrá genial tener en cuenta los otros cuatro del ‘Top Five’ de errores que se pueden cometer cuando organizas una boda:

  1. La distribución de las mesas: sé muy bien que quieres que todos se lo pasen bien. Así que ten muy en cuenta cómo vas a distribuir a las mesas. Piensa si hay gente que no se lleva especialmente bien (aléjalos lo máximo posible) o si hay gente que va sola (ponlos al lado de alguien con el que, estés segura) va a congeniar y si les puedes presentar antes de la boda, mejor que mejor. Y si depende de ti, elige mesas redondas. Siempre resulta más agradable y cómodo para que los que se sienten alrededor de ellas puedan hablar.
  2. Los menús: está claro que no puede llover al gusto de todos, pero sí que tienes que tener en cuenta alergias o el hecho de que una persona sea vegana o vegetariana. En los restaurantes están más que acostumbrados y basta con indicárselo. Sin duda, tus invitados te lo agradecerán y, en el caso de las alergias o intolerancias, evitarás sustos que nadie quiere.
  3. La música: por supuesto, que os guste a los novios, pero piensa en toda la gente que va a tu boda. Intenta que sea variada y para todas las edades. Los pincha discos saben muy bien cómo hacer que todo el mundo se levante de la pista. Pero eso sí, salvo que sepas que no va a haber ningún problema, evita canciones polémicas como aquellas que hagan referencias a la política o al fútbol. Recuerda que va a haber alcohol en la boda y que siempre hay gente que no se sabe controlar cuando bebe.
  4. Regalos y detalles: siempre de más. Porque hay personas que se presentan de improvisto; porque alguien te puede dar una buena noticia, como un embarazo o boda, y siempre será agradable que le puedas dar algún detalle especial de última hora o, simplemente, porque has podido contar mal o alguno se ha roto, siempre será mejor que sobre y no que falte.

Y, ahora sí, ya me despido. Pero, recuerda: lo más importante es hacer las cosas con corazón y disfrutar. ¿Que algo falla? ¡Nadie somos perfectos! Lo esencial es que lo paséis bien y tengáis un buen recuerdo de ese día tan especial.